sábado, 25 de julio de 2009

El Águila y el Pollo

Erase una vez un hombre, que mientras caminaba por el bosque, encontró un aguilucho. Se lo llevó a su casa y lo puso en un corral, donde pronto aprendió a comer la misma comida que los pollos y a conducirse como estos. Un día un naturalista que pasaba por allí le preguntó al propietario porqué razón un águila, el rey de todas las aves y los pájaros, tenía que permanecer encerrada en el corral con los pollos.

-Como le he dado la misma comida que a los pollos y le he enseñado a ser pollo, nunca ha aprendido a volar- respondió el propietario-. Se conduce como los pollos, y por tanto, ya no es un águila.

-Sin embargo- insistió el naturalista- tiene corazón de águila y, con toda seguridad, se le puede enseñar a volar.

Después de discutir un poco más, los dos hombres convinieron en averiguar si era posible que el águila volara. El naturalista la tomó en sus brazos suavemente y le dijo: "Tú perteneces al cielo, no a la tierra. Abre las alas y vuela".

El águila, sin embargo, estaba confusa; no sabía qué era y, al ver a los pollos comiendo, saltó y se reunió con ellos de nuevo.

Sin desanimarse, al día siguiente, el naturalista llevó al águila al tejado de la casa y le animó diciéndole: "Eres un águila. Abre las alas y vuela". Pero el águila tenía miedo de su yo y del mundo desconocido y saltó una vez más en busca de la comida de los pollos.

El naturalista se levantó temprano al tercer día, sacó al águila del corral y la llevó a una montaña. Una vez allí, alzó al rey de las aves y le animó diciendo: "Eres un águila. Eres un águila y perteneces tanto al cielo como a la tierra. Ahora, abre las alas y vuela".

El águila miró alrededor, hacia el corral, y arriba, hacia el cielo. Pero siguió sin volar. Entonces, el naturalista la levantó directamente hacia el sol; el águila empezó a temblar, a abrir lentamente las alas y finalmente, con un grito triunfante, se voló alejándose en el cielo.

Es posible que el águila recuerde todavía a los pollos con nostalgia; hasta es posible que, de cuando en cuando, vuelva a visitar el corral. Que nadie sepa, el águila nunca ha vuelto a vivir vida de pollo. Sin embargo, fue un águila, pese a que fue mantenida y domesticada como un pollo.

Esta parábola refleja muy bien la situación de cada uno de nosotros y del hombre de hoy. Este ha perdido su identidad y el sentido de la vida. ¿Quién es el hombre? ¿Cuál es el sentido de su vida? ¿Quién soy yo? La respuesta no es fácil ¿Soy águila o soy pollo? Mi conciencia me dice lo primero, mi forma de vida tal vez lo segundo.

Autor: Desconocido.

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viernes, 24 de julio de 2009

Amistad



Aqui les dejo varios pensamientos sobre la amistad que encontre:



"La amistad, es un alma en dos cuerpos"............... Pitagoras



"La Amistad es amor sin sus alas"............................. Byron



"Un amigo es quien conoce todo acerca de ti y te ama igual", Anonimo


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miércoles, 15 de julio de 2009

¿Te tiro un ladrillazo?

Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su auto Jaguar último modelo, sin ningún tipo de precaución.

De repente sintió un estruendoso golpe en la puerta, se detuvo y al bajarse vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, carrocería y vidrio de la puerta de su lujoso auto. Se subió nuevamente, pero esta vez lleno de enojo, dio un brusco giro de 180 grados; y regresó a toda velocidad al lugar donde vio salir el ladrillo que acababa de desgraciar lo hermoso que lucía su exótico auto.

Salió del auto de un brinco y agarró por los brazos a un chiquillo, empujándolo hacia el auto estacionado le gritó a toda voz: "¿Qué rayos fue eso?, ¿Quién eres tú?, Qué crees que haces con mi auto?".

Y enfurecido, casi botando humo, continuó gritándole al chiquillo: "¡Es un auto nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a costarte muy caro?!, ¿Por qué hiciste eso?".

"Por favor, señor, por favor. ¡Lo siento mucho!, no sé qué hacer", suplicó el chiquillo. "Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía"...

Las lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras señalaba hacia alrededor del auto estacionado. "Es mi hermano", Le dijo. Se descarriló su silla de ruedas y se cayó al suelo... y no puedo levantarlo".

Sollozando, el chiquillo le preguntó al ejecutivo: "Puede usted, por favor, ayudarme a sentarlo en su silla?, está golpeado, y pesa mucho para mi solito...soy muy pequeño".

Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo el ejecutivo trago grueso el taco que se le formó en su garganta. Indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo y lo sentó nuevamente en su silla; y sacó su pañuelo de seda para limpiar un poco las cortaduras y el sucio de sobre las heridas del hermano de aquel chiquillo tan especial.

Luego de verificar que se encontraba bien, miró al chiquillo y este le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie...

"DIOS lo bendiga, señor...y muchas gracias" le dijo.

El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano, hasta llegar a su humilde casita.

El ejecutivo aún no ha reparado la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo... para recordarle el no ir por la vida tan de prisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención. "

DIOS normalmente nos susurra en el alma y en el corazón, pero hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención.

Tu escoges: Escuchar el susurro... o el ladrillazo

Ahora, TIRASELO A UN AMIGO TUYO...
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viernes, 10 de julio de 2009

¡Papá tengo hambre!

Pasaba del medio día, el olor de pan caliente invadía aquella calle, un sol escaldante invitaba a todos a un refresco.

Ricardito no aguantó el olor rico del pan y dijo: ¡¡¡Papá tengo hambre!!!

El padre; Agenor, sin tener un centavo en el bolsillo, caminando desde muy temprano buscando
un trabajo, mira con los ojos mareados al hijo y le pide un poco más de paciencia...

Pero papá, ¡desde ayer no comemos nada, tengo mucha hambre, papá!

Avergonzado, triste y humillado en su corazón de padre, Agenor le pide al hijo esperar en la vereda mientras entra en la panadería que estaba enfrente.

Al entrar se dirige a un hombre en el mostrador: Señor, estoy con mi hijo de tan sólo 6 años en la puerta, con mucha hambre, no tengo ninguna moneda, pues salí temprano para buscar un empleo y nada encontré, le pido que en el nombre de Jesús me dé un pan para que yo pueda matar el hambre de ese niño, en cambio puedo barrer el piso de su establecimiento, lavar los platos y vasos, u otro servicio que usted necesite.

A Amaro; el dueño de la panadería le extraña que aquel hombre de semblante calmo y sufrido, pida comida a cambio de trabajo y pide que llame al niño...

Agenor toma a su hijo de la mano y lo presenta a Amaro, que inmediatamente pide que los dos se sienten junto al mostrador, donde le pide a su esposa les sirva dos platos de comida del famoso PLATO DEL DIA: ARROZ, FRIJOLES, CARNE MOLIDA Y HUEVO.

Para Ricardito era un sueño, comer después de tantas horas en la calle...

Para Agenor, un dolor más, ya que comer aquella comida maravillosa lo hacía recordar a su esposa y a sus dos hijos que quedaron en casa solamente con un puñado de arroz... Gruesas lágrimas bajaban de sus ojos ya en el primer bocado.

La satisfacción de ver a su hijo devorando aquel plato simple como si fuera un manjar de los dioses, y el recuerdo de su pequeña familia en casa, fue demasiado para su corazón tan cansado de más de 2 años de desempleo, humillaciones y necesidades...

Amaro se aproxima de Agenor y percibiendo su emoción, bromea para relajarlo: ¡OH, María!!! Tu comida debe estar muy fea... Mira a mi amigo, ¡hasta está llorando de tristeza de ese plato!
Inmediatamente, Agenor sonríe y dice que nunca comió comida tan apetitosa, y que le agradecía por darle ese placer...

Amaro pide entonces que el tranquilice su corazón, que almorzase en paz y después conversarían acerca de trabajo...

Más confiadamente, Agenor seca las lágrimas y empieza a almorzar, ya que su hambre estaba agobiándolo...

Después del almuerzo, Amaro invita Agenor para conversar en el fondo de la panadería, donde había un pequeño escritorio... Agenor cuenta entonces que hace más de 2 años había perdido el empleo y desde entonces, sin una especialidad profesional, sin estudios, estaba viviendo de pequeños "trabajos aquí y allí", pero que hace 2 meses no recibía nada...

Amaro resuelve entonces contratar a Agenor para servicios generales en la panadería, y le prepara al hombre una canasta básica con alimentos para por lo menos 15 días...
Agenor con lágrimas en los ojos agradece la confianza de aquel hombre y marca para el día siguiente su inicio en el trabajo...

Al llegar en casa con toda aquella cantidad Agenor es un nuevo hombre.

Sentía esperanzas, sentía que su vida tomaría nuevo impulso... La vida le estaba abriendo más que una puerta, era toda una esperanza de días mejores...

Al día siguiente, a las 5 de la mañana, Agenor estaba en la puerta de la panadería ansioso de iniciar su nuevo trabajo...

Amaro llega luego y sonríe para aquel hombre que ni él sabía por qué estaba ayudando...
Tenían la misma edad, 32 años, e historias diferentes, pero algo dentro de él lo llamaba para ayudar a aquella persona... Y, no se equivocó.

Durante un año, Agenor fue el más dedicado trabajador de aquel establecimiento, siempre honesto y extremadamente celoso con sus deberes...

Cierto día, Amaro llama a Agenor para una charla y habla de la escuela que abrió lugares para la alfabetización de adultos a una cuadra arriba de la panadería, y que él tenía interés que Agenor estudiara.

Agenor nunca se olvidó de su primer día de clase: la mano trémula en las primeras letras y la emoción de la primera carta...

Doce años han pasado desde aquel primer día de clases...

Vamos a encontrar al Lic. Agenor Baptista de Medeiros, abogado, abriendo su oficina a su primer cliente, y después a otro y después a otro más... Al medio día él baja para beber un café en la panadería del amigo Amaro, que queda impresionado al ver su antiguo empleado tan elegantemente vestido en su primer traje...

Diez años se pasan, y ahora el Lic. Agenor Baptista, ya con una clientela que mezcla los más necesitados que no pueden pagar, y los más adinerados que pagan muy bien; decide crear una institución que ofrece a los desvalidos de la suerte, que andan por las calles, personas desempleadas y con carencias de todo tipo, un plato de comida diariamente a la hora del almuerzo...

Más de 200 comidas se sirven diariamente en aquel lugar administrado por su hijo, el ahora nutricionista Ricardo Baptista...

Todo cambió, todo pasó, pero la amistad de aquellos dos hombres, Amaro y Agenor impresionaba a todos los que conocían un poco de la historia de cada uno...

Cuentan que a los 82 años los dos fallecieron el mismo día, casi en la misma hora, muriendo plácidamente con una sonrisa del deber cumplido...

Ricardito, el hijo, mandó gravar delante de la "Casa del Camino", que su padre fundó con tanto cariño:
“¡Un día yo tuve hambre, y me alimentaste.
Un día yo estaba sin esperanzas y me diste un camino.
Un día me desperté solo, y me diste la paz, y eso no tiene precio.
¡Qué la paz habite en tu corazón y alimente tu alma!
¡Y que te sobre el pan de la misericordia para extender a quien lo necesita!”
Autor desconocido

(Historia verídica, autor desconocido)

Debemos agradecer a Dios por todo lo que nos da y compartirlo con quienes no tienen y nunca olvidar de dónde venimos.
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domingo, 5 de julio de 2009

El Juez Abrazador

Lee Shapiro es un juez jubilado y una persona muy cariñosa. En un momento de su carrera, Lee se dio cuenta de que el amor es el poder más grande que existe. Como consecuencia de ello, Lee se convirtió en un abrazador. Empezó a ofrecerle a todo el mundo un abrazo. Sus colegas lo apodaron “el juez abrazador”.

El adhesivo de su auto dice “!No me fastidies! ¡Abrázame!”. Lee creó lo que llamó su “Equipo para abrazar!. En el exterior se lee “Un corazón por un abrazo”: El interior contiene treinta corazoncitos rojos bordados con un adhesivo atrás.

Lee sale con su equipo de abrazadores, se acerca a las personas y les ofrece un corazón rojo a cambio de un abrazo. Lee se ha hecho tan famoso con esto que muchas veces lo invitan a pronunciar el discurso de apertura de conferencias y convenciones donde comparte su mensaje de amor incondicional.

En una conferencia en San Francisco, los medios de comunicación locales lo desafiaron diciendo: “Es fácil dar abrazos aquí en la conferencia a gente que optó personalmente por estar aquí. Pero esto nunca podría dar resultado en el mundo real”. Desafiaron a Lee a que diera algunos abrazos en las calles de San Francisco.

Seguido por un equipo de estación local, Lee salió a la calle. Se acercó a una mujer que pasaba. “Hola, soy Lee Shapiro, el juez abrazador. Estoy dando corazones a cambio de un abrazo.” “Claro”, respondió ella. “Demasiado fácil”, opinó el animador local. Lee miró a su alrededor. Vio a la empleada del parquímetro que estaba viéndoselas de figurillas con el dueño de un BMW al que le estaba haciendo un multa. Caminó hacia ella, con el equipo televisivo detrás y dijo: “Tengo la impresión de que podría usar un abrazo. Soy el juez abrazador y aquí estoy para ofrecerle uno”. Ella aceptó el reto. Cuando el autobús frenó cerca de la curva, Lee dijo: “Hola, soy Lee Shapiro, el juez abrazador. Este trabajo ha de ser sin dudas uno de los más estresantes del mundo. Yo ofrezco abrazos a la gente para aliviar un poco la carga. ¿Le gustaría uno?” El conductor de 1,86 m y 115 kg se levantó del asiento, bajó y dijo: “Debo admitir que estoy muy impresionado” y en seguida le dio un abrazo

Que simple es cambiar algo en la vida de otros.
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sábado, 4 de julio de 2009

Acto de Amar a Dios

Aqui les dejo "Acto de Amar a Dios", una de las poesias mas bellas y perfecta de la literatura hispana segun la critica. Su autor es desconocido, pero se cree que fue un monje franciscano.

En esta poesia el poeta da a entender que las cosas que hacemos es por amor a Dios, y no por la recompensa que recibiremos, o por miedo a sus castigos.

Tratar de desarrollar el amor a Dios, no por miedo al castigo o por el premio a recibir, es nuestro deber, y de esta manera comprender cual es el verdadero acto de amar a Dios.

David Torres

Acto de Amar a Dios

No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temidopara dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido, muéveme ver tu cuerpo tan herido, muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera, pues aunque lo que espero no esperara,lo mismo que te quiero te quisiera.
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